Es cierto que el leer hoy en día no es una actividad de privilegio, aunque si leemos todos los días y el porcentaje de no letrados en la población ha disminuido considerablemente al pasar de los años. Aun así, el leer no es la actividad preferida por la población chilena. El leer el diario todos los días, un libro, una novela, ensayos, o textos científicos no encabeza la lista de cosas que hacer en una tarde para un niño joven entre los 11 y 19 años. Esto hace que exista una gran preocupación por las personas que no son capaces de comprender lo que leen.
Es cierto que en el colegio nos imponen textos de lectura, los mismos de hace 10 o 20 años, los típicos clásicos, pero que en el fondo a las nuevas generaciones menos les va interesando. Lecturas fomes, lecturas lentas y fuera de época, temáticas que no se dan hoy en día. Pero es cierto, que el modelo de la mayoría de estos textos es el mismo que se usa hoy en día, lo único que cambia es la época en que se reproducen las historias y que los alumnos no son capaces de entender. Por esta razón, es que pierden el interés de leer, formándose un nuevo tipo de lector, el lector perezoso. Este nuevo lector no se preocupa de ver el trasfondo del texto, por así decirlo, lo que está entre líneas, se limitan a sólo entender de qué es lo que se está hablando, sin embargo el ojo crítico y la reflexión se mantienen al margen, en estado off ya que su participación es casi nula, o sea, es capaz de descifrar pero no de leer, capaz de memorizar pero incapaz de comprender.
Esto hace que nuestro país no sea un buen referente en los informes relativos a la evaluación del nivel de competencia lectora (entiéndase el término "competencia" se refiere a una combinación de destrezas, conocimientos, aptitudes y actitudes)
Aunque toda la sociedad esté obligada a leer todos los días (sí, obligada a leer todos los días porque todos los días nos encontramos con anuncios, propagandas, letreros, notas, etc.) ha hecho que la cultura icónica prolifere de manera exponencial en los últimos años, fuertemente post Internet, haciendo que con ella crezcan hábitos de ocio alternativos como los videojuegos, televisión, o la ya antes mencionada Internet, todo esto en detrimento de la lectura. Por lo tanto, esto está afectando el carácter cognitivo y cuyo déficit produce efectos tales como un esfuerzo desmedido al leer o una incapacidad de concentración. Esto hace que haya un abandono de la lectura, un menor entrenamiento del lector (porque estas habilidades lectoras sólo se obtienen mediante la práctica, o sea, leyendo) lo que desemboca en una mayor dificultad comprensiva y la total actitud negativa hacia la lectura.
(basado en la ponencia "Un nuevo enfoque de la competencia lectora basado en diferentes tipos de comprensión" de José A. León.)
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