jueves, 28 de abril de 2011

Belleza



La belleza, tan subjetiva ante los ojos, y tan obvia ante la retina. Puede ser destruida y creada a la vez, como el día y la noche o la vida y la muerte, tan romántica como lo creía Juana de Arco, tan asquerosa ante los ojos de un niño. Sin embargo las palabras sobran y falta para poder descifrarla.
Hecha música y pintura, en acordes y colores, en formas tanto simétricas como asimetricas, mas sin embargo, siempre perfecta.
Ensuciada por la perfección estética técnica, después de cálculos, números, y tiempos. Hedionda y putrefacta, porque no es.
Te encuentras y te pierdes con mensajes tan claros e implícitos, acordes y colores que un sordo y un daltónico se ve casi obligado a desmenuzar. La canción, la textura, el olor.
Una fotografía. ¿Hay algo más que no lo pueda decir el tacto?, algo que el oído no pueda escuchar.
Entonces, no sólo es obvia ante la retina, también ante la primera capa perceptiva del ser. Que lo "técnicamente hablando" se vaya a la mierda, se de una vuelta y se pierda. La voz es una, la voz son todas.

La Pietá, Miguel Angel.

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