La imaginación “(del latín imaginatĭo, -ōnis) es un proceso superior que permite al individuo manipular información generada intrínsecamente con el fin de crear una representación percibida por los sentidos de la mente. «Intrínsecamente generada» significa que la información se ha formado dentro del organismo en ausencia de estímulos del ambiente.”(wikipedia). A la imaginación la encontramos en textos, películas, diseño, materialismo, orden, etc.
La imaginación no sólo se encuentra en la mente humana, sino que también en hechos y cosas concretas. Por ej. Un diseñador imagina una nueva forma de una silla, la crea, la ve, la siente y la toca. ¿Está tan lejos lo imaginario de lo real? La verdad es que a penas un hilo las separa. Ya que lo que las diferencia es que una no es tangible y la otra si, y la que es tangible más que ser imaginación es un algo imaginado, es un producto, el producto de dicha imaginación.
Como lo es al comienzo, cuando somos niños y vemos cosas que nunca se han visto en la televisión, y si es así, en películas que están fuera del alcance de los niños. Y es que como son purísimos, sus sentidos y cerebro pasa por el periodo de adaptación a la realidad establecida por su grupo social más cercano. Comentarios que frecuentemente reciben “ves mucha tele”, “lees/te leen muchos cuentos”, “¡pero que imaginación!” Y es por eso mismo que el niño, con el tiempo, va cerrando esos sentidos que más adelante, por el poco uso, los olvida y cree que esas cosas increíbles son únicamente producto de la imaginación y que sólo se encuentran en libros y películas. Pero lo cierto es que la imaginación de esos escritores, guionistas, directores y productores, no es tan original, sólo recrean un mundo que en su memoria está nebulosamente almacenada.
Es cierto que está científicamente comprobado que a veces vemos cosas producto de un factor “x” que se proyecta en imágenes, pero ¿porqué lo vemos?, ¿porqué lo sentimos?, ¿porqué creemos o pensamos ciertas cosas al ver algo?. Todo lo que vemos a nuestro alrededor es texto, lo que conlleva a darnos un mensaje que a la vez lo estamos leyendo y al entenderlo creemos y creamos.
Es posible que si no hubiésemos alterado el equilibrio de las cosas, nuestros problemas no serían tan complicados, nuestro sentido no estaría atrofiado, y los enfermos de locura, estarían simplemente locos como todos.
Una dimensión más cerca y menos valorada, es la dimensión del sueño que va más allá de nuestras mentes y el cuerpo físico. No es ficción. Durante el sueño nuestro yo se escapa al futuro hogar, u otro hogar. La historia continúa, es un espacio completamente real. Conocemos lugares, personas, es otra vida completamente compartida. El punto es que pocos dudan y muchos no creen, debido a éste chip impuesto, “la imaginación”, excusa de lo inexplicable.
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