viernes, 27 de mayo de 2011

Cava


Muchas veces escuché a mucha gente maldecir al mundo, siendo esta parte del mundo, maldiciendose a si misma. Muchas veces escuche a mucha gente decir que no creia en el karma, pero aun así afirmaba que todo caia bajo su propio peso. Muchas veces escuché a mucha gente llamar estúpida a mucha gente, siendo una estupidéz juzgar lo que no le correspondía juzgar.
Muchas veces lloré, muchas veces reí, mil veces me enojé y mil veces te creí.
Subí a lo mas alto del cielo con unas alas que nadie podia ver, y me las quité al caer, no quise volver a volar, no quería volver a sentir el dolor de mi peso contra el suelo con la furia de la altura. Me quedé postrada, me quedé sentada y aprendi a tropezarme con cuidado, hasta que di algunos pasos y crei caminar.
Somos tan ignorantes de nosotros mismos que formamos con hilos frazadas gordas de millones de historias que jamás vamos a poder aprender de memoria, pero siempre queda algo, ese hilo que te llamó la atención, esa frase de que no sabes de quien es, quien la dijo. La verdad es que la dijimos todos, es solo que, muy pocos supieron entonar una voz y el valor para juntar las letras y fonemas hasta poder pronunciarlas. Eso es lo que queda.
En el fondo el mas estúpido es el mas valiente, el que se atreve a cometer estupideces. Y por ultimo ¿quien no es estúpido?, ¿quien es superior o inferior?. Si dedicamos nuestras vidas a criticarnos, seguiremos cavando la tumba donde nos vamos a enterrar. Pero si en vez de juzgar y ver lo malo que hay del otro lado, podriamos simplemente apreciar, y tratar de solucionar desde adentro lo que nos falta. Esa cosa toxica que nos mata.
Somos nosotros mismos la plaga, somos nosotros mismos la peste que nos acaba.
Maldecimos, gritamos, escuchamos, pero sin embargo, no actuamos...


Pintura por Jilly Sears

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