jueves, 29 de julio de 2010

Elhanna

Cuenta la historia de una niña, que vivía al sur de su país, en una provincia muy escondida, más allá de los árboles donde dejaban ver. Creció en el frío que cada año se llevaba muchas almas antes de comenzar la primavera, estaba acostumbrada a ver como el frío sacaba de los cuerpos la vida frágil de los hombres, lejos antes de comenzar la primavera.

miércoles, 7 de julio de 2010

Las ideas de Jaeger



Jaeger plantea una lucha entre la Educación Antigua y la Educación Nueva, teniendo a Eurípides como defensor de lo nuevo, mostrándolo como un exponente en la Educación Nueva, que al contrario de la Educación Antigua, en vez de estar basada en lo mítico y lo religioso, se basa en lo literal y lo sofista.

La Educación Nueva tiene un carácter ciudadano y burgués, donde los simposios son un lugar de reunión espiritual donde la poesía juega el rol de desarrollo intelectual.

Eurípides es el último gran poeta griego, termina una era de la tragedia (la clásica) e inicia una nueva donde resalta la crítica y el goce estético, mostrando así la paradoja donde mata la tragedia y a la vez la hace brillar. Se focaliza en el comportamiento humano, en el pensamiento racional, cosa fundamental para esta nueva ideología. Eurípides destaca en la Educación Nueva el deber elemental del arte en mostrar la realidad en sus obras tal como se da en la experiencia, humaniza el mito mostrando la experiencia tal como es dándole un nuevo sentido a la realidad, lo que es completamente opuesto a la Educación Antigua, que usa personajes míticos y gloriosos que protagonizan las tragedias, dándole un enfoque completamente mítico y religioso que se ocupaba como guía para la conducta humana.

Para Jaeger, Eurípides es un descubridor de almas y de la pasión humana, otorgándole el título de “primer psicólogo” ya que hace florecer el sentimiento desencadenando la pasión y a la vez sana el alma que por muchos años estuvo reprimida. En el fondo muestra una “patología” griega individualizándola en sus personajes. Ej: en la obra Medea, que muestra la disconformidad de la mujer (que en éste caso es bárbara, algo fuera de lo común en una obra griega) y muestra la realidad de la mujer. Convierte al héroe (Jasón) en un personaje indigno, y convierte al personaje indigno (la bárbara Medea) en un personaje digno. Enfoca la tragedia hacia el matrimonio, resaltando en el hombre un egoísmo sin límites, y en el caso de la mujer, la pasión sin límites, que a diferencia de la tragedia clásica, el hombre se muestra como un héroe donde sus acciones son respaldadas y justificadas, y la mujer era mostrada como un personaje sometido que sufría las decisiones de su esposo.